Coronilla de la Divina Misericordia

4.      La Coronilla y los agonizantes

   

1541  (...)  "Escribe: cuando recen esta coronilla junto a los moribundos, Me pondré entre el Padre y el alma agonizante no como el Juez justo sino como el Salvador misericordioso".

 

 

811  Al entrar en mi soledad, oí estas palabras:  "Defenderé como Mi gloria a cada alma que rece esta coronilla en la hora de la muerte, o cuando los demás la recen junto al agonizante, quienes obtendrán el mismo perdón.  Cuando cerca de un agonizante es rezada esta coronilla, se aplaca la ira divina y la insondable misericordia envuelve al alma y se conmueven las entrañas de Mi misericordia por la dolorosa Pasión de Mi Hijo".

 

Oh, si todos conocieran qué grande es la misericordia del Señor y cuánto todos nosotros necesitamos esta misericordia, especialmente en aquella hora decisiva.

 

1036  Conozco cada vez mejor cuánto necesita cada alma la Divina Misericordia durante toda la vida, pero especialmente en la hora de la muerte.  Esta coronilla es para aplacar la ira divina, según me ha dicho el Señor mismo.

 

Caso # 1:

 

809  Por la noche fui despertada súbitamente y conocí que un alma me pedía la oración y que tenía una gran necesidad de plegarias.  Brevemente, pero con toda mi alma pedí al Señor la gracia para ella.

 

810  Al día siguiente, pasado ya el mediodía, cuando entré en la sala vi a una persona agonizante y supe que la agonía había empezado en la noche.  Después de haberlo verificado supe que había sido cuando se me pidió rezar.  De repente oí en el alma la voz: "Reza la coronilla que te he enseñado".  Corrí a buscar el rosario y me arrodillé junto a la agonizante y con todo el ardor de mi espíritu me puse a rezar esta coronilla.  De súbito la agonizante abrió los ojos y me miró, y no alcancé a rezar toda la coronilla porque ella murió con una misteriosa serenidad.  Pedí ardientemente al Señor que cumpliera la promesa que me había dado por rezar la coronilla.  El Señor me hizo saber que aquella alma recibió la gracias que el Señor me había prometido.  Aquella alma fue la primera en experimentar la promesa del Señor.  Sentí cómo la fortaleza de la misericordia cubría aquella alma.

 

Caso # 2:

 

1035  Esta noche estaba muriendo un hombre, todavía joven, pero sufría tremendamente.  Empecé a rezar por él esta coronilla que me ha enseñado el Señor.  La recé toda, sin embargo la agonía se prolongaba.  Quería empezar las Letanías a Todos los Santos, pero de repente oí estas palabras: "Reza esta coronilla".  Comprendí que esa alma necesitaba muchas oraciones y gran misericordia.  Me encerré en mi habitación aislada y me postré en cruz delante de Dios implorando misericordia para esa alma.  Entonces sentí la gran Majestad de Dios y la gran justicia de Dios.  Temblaba del espanto, pero no dejaba de suplicar a Dios la misericordia para esa alma, y me he quitado del pecho la pequeña cruz, la cruz de mis votos* y la he colocado en el pecho del agonizante y he dicho al Señor: "Jesús, mira a esta alma con el amor con que has mirado mi holocausto el día de los votos perpetuos y en virtud de la promesa que has hecho para los agonizantes, a mí y a quienes invoquen Tu misericordia para ellos".  Y dejó de sufrir y expiró sereno.  Oh, cuánto deberíamos rezar por los agonizantes; aprovechemos la misericordia mientras es el tiempo de compasión.

 

*Nota: Santa Faustina hace alusión a la cruz recibida por las hermanas durante los primeros votos, junto al velo negro, al rosario y al cinturón.

 

Caso # 3:

 

1565  Cuando entré por un momento en la capilla, el Señor me dijo: "Hija Mía, ayúdame a salvar a un pecador agonizante; reza por él esta coronilla que te he enseñado".  Al empezar a rezar la coronilla, vi a aquel moribundo entre terribles tormentos y luchas.  El Ángel Custodio lo defendía, pero era como impotente ante la gran miseria de aquella alma; una multitud de demonios estaba esperando aquella alma.  Mientras rezaba la coronilla, vi a Jesús tal y como está pintado en la imagen.  Los rayos que salieron del Corazón de Jesús envolvieron al enfermo y las fuerzas de las tinieblas huyeron en pánico.  El enfermo expiró sereno.  Cuando volví en mí, comprendí la importancia que tiene esta coronilla rezada junto a los agonizantes, ella aplaca la ira de Dios.

 

Caso # 4:

 

1797  Hoy el Señor entró en mi habitación y me dijo:  "Hija Mía, ayúdame a salvar las almas.  Irás a casa de un pecador agonizante y rezarás esta coronilla con lo cual obtendrás para él la confianza en Mi misericordia, porque ya está en la desesperación".

 

1798  De repente me encontré en una cabaña desconocida donde, entre terribles tormentos, agonizaba un hombre ya avanzado en años.  Alrededor de la cama había una multitud de demonios y la familia estaba llorando.  Cuando empecé a rezar, los espíritus de las tinieblas se dispersaron con silbidos y amenazas dirigidas a mí.  Esa alma se tranquilizó y llena de confianza descansó en el Señor.

 

En el mismo instante me encontré en mi habitación.  Cómo sucede esto, no lo sé.


Hecho en Costa Rica

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Publicado por Sistemas Edenia Internacional - Costa Rica