Iluminación
evangélica:
“No me elegisteis vosotros a mí,
sino que yo os elegí a vosotros y os he constituido para que vayáis y
llevéis mucho fruto y vuestro fruto permanezca.”
(Jn. 15,16)
Iluminación
Doctrinal:
“Dignos de especial honor y
recomendación en la Iglesia son los seglares, solteros y casados, que se
consagran para siempre o temporalmente, con su competencia profesional, al
servicio de las instituciones (eclesiales) y de sus obras” (Conc. Vat.
II, Apostolicam Actuositatem 22).
“Los seglares que, siguiendo su
vocación, se han inscrito en algunas de las asociaciones o institutos
aprobados por la Iglesia, esfuércense igualmente por asimilar con
fidelidad las características peculiares de la espiritualidad propia de
tales asociaciones o institutos” (Conc. Vat. II, Apostolicam
Actuositatem 4).
Iluminación
desde nuestra espiritualidad:
“¡Gran mal es un alma sola entre
tantos peligros. Paréceme a mí que si yo tuviera con quién tratar todo
esto, que me ayudara a no tornar a caer, siquiera por vergüenza, ya que
no la tenía de Dios. Por eso aconsejaría yo a los que tienen oración,
en especial al principio, procuren amistad y trato con otras personas que
traten de lo mismo. Es cosa importantísima, aunque no sea sino ayudarse
unos a otros con sus oraciones, cuanto más que hay muchas más
ganancias!” (Santa Teresa de Jesús, Vida 7,20)
“Como Dios nos ha hecho los compañeros
de su misericordia, o más bien, incluso los dispensadores, nuestro amor
debe de ser grande para cada alma, comenzando por los elegidos
(sacerdotes) y terminando en el alma que no conoce a Dios” (Diario de
Santa Faustina #539).
De
los hermanos y hermanas miembros
Son miembros aquellos hombres y
mujeres, clérigos y laicos, casados y célibes que, poseyendo cierta
madurez doctrinal, espiritual y psicológica piden ser admitidos y son
aceptados a seguir nuestro estilo particular de vida por la consagración
de su existencia a Dios.
Los laicos, convencidos de su vocación
y misión en la Iglesia y en el mundo por su bautismo y sintiendo la
invitación particular que Cristo les hace a seguirlo incondicionalmente,
para dedicarse por completo a Él, consagran la totalidad de sus vidas,
sin dejar de ser plenamente seglares, sin una separación visible
exteriormente del mundo, pero con un compromiso esencial por Jesucristo en
esta Asociación de Vida Evangélica, con el que se contrae una vinculación
mutua y estable y de cuyo carisma se participa.
No es nuestro objetivo la promoción
de aspirantes para el sacerdocio ministerial, sí rogar por el aumento de
vocaciones. No podemos descartar la posibilidad de que surjan vocaciones
entre nosotros que serían remitidas a la Pastoral Vocacional de las
propias diócesis.
Los miembros, son asociados
individuales que pueden y deben formar parte de una pequeña comunidad
cristiana o grupo apostólico en su parroquia. Su pertenencia y
desenvolvimiento en el proceso de formación que le brinda la Asociación,
lo reciben de forma personal y atendiendo a su vocación particular como
llamado a la consagración por la vivencia de nuestro espíritu y carisma
y según lo dispuesto por las normas universales de la Santa Iglesia en lo
que respecta a Vida Consagrada. La comunidad de asociados lo acompañan y
lo ayudan a formarse y vivir en su itinerario.
Quienes se sienten llamados a
consagrarse mediante la emisión de la “Promesa” deben estar
convencidos y mostrar signos claros de la responsabilidad y lealtad para
dedicarse a la Asociación con gozo y entrega total.
Todos deben preocuparse de la promoción vocacional en favor
de la Asociación en general.
Los candidatos deben ser seleccionados
y examinados con debido rigor, atendiendo más a la calidad que al número
de los miembros.
Persuádase que los hermanos y
hermanas, hasta después de emitir su
“Promesa”, son ya miembros de la Asociación.
Formas
de consagración y relación
Los hombres y mujeres, clérigos y
laicos, casados y célibes, miembros, se consagran y participan de
diversos modos de la vida y del carisma de nuestra fundación:
1.
Consagrados:
después de recibir un proceso de
formación serio y adecuado y de mostrar signos claros de madurez humana y
espiritual, se consagran por la emisión de la “Promesa” con la que
acogen y cumplen los Estatutos y Normas de Vida, como la regla que orienta
sus existencias. Cultivan en sus vidas los consejos evangélicos de
castidad, pobreza y obediencia. No cambia su forma de vida canónica;
viven en las circunstancias ordinarias del mundo. Los célibes de un mismo
sexo, pueden vivir en equipo, nunca mixto. El consagrado, después de
hecha la “Promesa Solemne”, se vincula a la Asociación con todas las
obligaciones y derechos de su estado, según el Derecho Universal respecto
a la Vida Consagrada y el Derecho Propio.
2.
Asociados:
concluido el itinerario de formación
propio, dirigen su vida con toda honestidad y responsabilidad, según los
Estatutos y Normas de Vida; participan
de las actividades propias; no emiten las “Promesas” por lo que su
incorporación a la Asociación no es plena ni definitiva, sino meramente
espiritual y de simpatía sin ninguna obligación entre las partes. Por
honestidad y aprecio velan por el sostenimiento y avance espiritual,
vocacional y material de la Obra de Dios.
3.
Auxiliares:
habiéndose inscrito, participan de la espiritualidad
propia de la Asociación, cumplen con el objetivo propio de orar y
ofrecer sacrificios por los sacerdotes, no llegan a emitir la
“Promesa”, por su situación de incapacidad, enfermedad u otro
doloroso impedimento que sufran. El objetivo de este modo de pertenencia a
la Asociación es lograr que las personas enfermas, sufridas y/o ancianas,
lleguen a sentirse operantes dentro del Cuerpo Místico de Cristo que es
la Iglesia, colocándose por encima de su propio dolor o situación
negativa y sepan aprovecharla transformando el sufrimiento en energía
positiva que sea eficaz en el proceso de evangelización y salvación de
las almas; especialmente en la santificación de los sacerdotes. Aceptan
una posible relación fraterna y amistosa con otros miembros de la
Asociación. Reciben el beneficio y la fortaleza espiritual que les viene
de las oraciones y sacrificios ofrecidos por todos los miembros;
participan de los beneficios infinitos de las Eucaristías
celebradas los primeros viernes de mes por los miembros vivos y
difuntos. Reciben el boletín mensual de la Asociación. Pueden ofrecer
donativos según sus posibilidades económicas para sostener la obra.
Deben pedir a algún familiar o conocido que, en caso de muerte lo
notifiquen al Director de la Asociación para cumplir las
responsabilidades de acompañar a los dolientes y elevar nuestras súplicas
al Señor.
De
los clérigos
Los clérigos que ingresen están
obligados:
1)
A formarse
según la espiritualidad propia de la Asociación.
2)
A elegir el
grado de pertenencia que quieren vivir.
3)
A colaborar
promoviendo la Obra en sus parroquias de trabajo.
4)
A celebrar
una Eucaristía en honor a la Divina Misericordia, todos los primeros
Domingos de mes y ofrecerla por los sacerdotes, y otra Eucaristía los
primeros viernes por los
miembros de la Asociación vivos y difundidos, los bienhechores y por
quienes se encomiendan a nuestras oraciones.
5)
A celebrar
con toda solemnidad las fiestas de la Divina Misericordia, de la Virgen
del Carmen, Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz, Santa Teresita
del Niño Jesús y Santa María Faustina.
6)
Vivirán
poniendo en práctica el espíritu de las Constituciones y manteniendo una
relación estrecha con la Asociación, y los demás sacerdotes miembros.
Los sacerdotes miembros sin renunciar
a su incardinación a la diócesis
y su dependencia al Obispo
diocesano, sin cambiar de forma de vida o trabajo, por el testimonio de su
vida consagrada, colaboran con mayor entusiasmo en la construcción del
Reino de Dios, sobre todo en la relación con sus cohermanos sacerdotes.
De
los casados
Distinguimos entre Vida Consagrada y
Consagración de la Vida matrimonial.
Sin pretender infravalorar la
consagración hecha ya en el sacramento del matrimonio y sin descuidar sus
deberes para con los hijos, hacen su “Promesa” de participación en la
vida y carisma de nuestra Asociación, esforzándose por animar y alcanzar
de este modo la perfección en su vida conyugal y familiar.
Publicado por
Sistemas
Edenia Internacional - Costa Rica
|