Capítulo Primero:   Santa Faustina y La Santísima Virgen

 

3. Enseñanzas espirituales de la Santísima Virgen María a Santa Faustina:

 

3.1  El llamado a sus tres virtudes preferidas:

 

1415  (...)  Deseo, amadísima hija Mía, que te ejercites en tres virtudes que son mis preferidas y que son las más agradables a Dios: la primera es la humildad, humildad y todavía una vez más humildad.  La segunda virtud es la pureza; la tercera es el amor a Dios.  Siendo Mi hija tienes que resplandecer de estas virtudes de modo especial.  Tras la conversación me abrazó a su corazón y desapareció.

 

3.2  El llamado a la oración:

 

325 (...)  Poco después vi a la Virgen que era de una belleza indescriptible y que me dijo: Hija mía, exijo de ti oración, oración y una vez más oración por el mundo, y especialmente por tu patria.  Durante nueve días recibe la Santa Comunión reparadora, únete estrechamente al sacrificio de la Santa Misa.  Durante estos nueve días estarás delante de Dios como una ofrenda, en todas partes, continuamente, en cada lugar y en cada momento, de día y de noche, cada vez que te despiertes, ruega interiormente.  Es posible orar interiormente sin cesar.

 

468  (...)  Luego vi a la Santísima Virgen con una túnica blanca, un manto azul, y la cabeza descubierta, que desde el altar se me acercó, me tocó con sus manos, me cubrió con su manto, y me dijo: Ofrece estos votos por Polonia.  Reza por ella.

 

3.3 El llamado a la fidelidad en el cumplimiento de la voluntad de Dios:

 

449 5 de agosto de 1935: Fiesta de Nuestra Señora de la Misericordia.  Me preparé para esta fiesta con mayor fervor que en los años anteriores. (...)  Entonces vi a la Santísima Virgen, indeciblemente bella, que se acercó a mí, del altar a mi reclinatorio y me abrazó y me dijo estas palabras: Soy Madre de todos gracias a la insondable misericordia de Dios.  El alma más querida para mí es aquella que cumple fielmente la voluntad de Dios.  Me dio a entender que cumplo fielmente todos los deseos de Dios y así he encontrado la gracia ante sus ojos.

 

529 (...)  La Virgen Santísima me dijo aceptar todas las exigencias de Dios como una niña pequeña sin averiguar nada, lo contrario no agrada a Dios.  ...

 

1244 (...)  me quedé sola con la Santísima Virgen que me instruyó sobre la voluntad de Dios, cómo aplicarla en la vida sometiéndome totalmente a Sus santísimos designios.  Es imposible agradar a Dios sin cumplir Su santa voluntad.  Hija mía, te recomiendo encarecidamente que cumplas con fidelidad todos los deseos de Dios, porque esto es lo más agradable a Sus santos ojos.  Deseo ardientemente que te destaques en esto, es decir en la fidelidad en cumplir la voluntad de Dios.  Esta voluntad de Dios, anteponla a todos los sacrificios y holocaustos.  Mientras la Madre celestial me hablaba, en mi alma entraba un profundo entendimiento de la voluntad de Dios.

 

3.4  El llamado a la observación de la Pasión de Su hijo Jesús:

 

561  (...) La Virgen me dijo que me comportara como Ella: a pesar de los gozos, siempre mirara fijamente la cruz y me dijo también que las gracias que Dios me concedía no eran solamente para mí sino también para otras almas.

 

449  (...) Sé valiente, no tengas miedo de los obstáculos engañosos, sino que contempla atentamente la Pasión de mi Hijo y de este modo vencerás.

 

3.5  El llamado a la vida interior:

 

454  (...)  No busco la felicidad fuera de mi interior donde mora Dios.  Gozo de Dios en mi interior, aquí vivo continuamente con Él, aquí existe mi relación más íntima con Él, aquí vivo con Él segura, aquí no llega la mirada humana.  La Santísima Virgen me anima a relacionarme así con Él.

 

785 La Santísima Virgen me ha enseñado cómo debo prepararme para la fiesta de la Natividad del Señor.  La he visto hoy sin el Niño Jesús; me ha dicho: “Hija mía, procura ser mansa y humilde para que Jesús que vive continuamente en tu corazón pueda descansar.  Adóralo en tu corazón, no salgas de tu interior.  Te obtendré, hija mía, la gracia de este tipo de la vida interior, que, sin abandonar tu interior, cumplas por fuera todos tus deberes con mayor aplicación.  Permanece continuamente con Él en tu corazón, Él será tu fuerza.  Mantén el contacto con las criaturas si la necesidad y los deberes lo exigen.  Eres una morada agradable a Dios viviente, en la que Él permanece continuamente con amor y complacencia, y la presencia viva de Dios que sientes de modo más vivo y evidente, te confirmará, hija mía, en lo que he dicho.  Trata de comportarte así hasta el día de la Navidad, y después Él Mismo te dará a conocer como deberás tratar con Él y unirte a Él.

 

3.6  El llamado a la confianza en Su hijo Jesús:

 

677  Durante la Santa Misa celebrada por el Padre Andrasz, un momento antes de la elevación, la presencia de Dios penetró mi alma y que fue atraída hacia el altar.  Luego vi a la Santísima Virgen con el Niñito Jesús.  El Niño Jesús se tenía de la mano de la Virgen; en un momento el Niño Jesús corrió alegremente al centro del altar, y la Santísima Virgen me dijo: Mira, con qué tranquilidad confío a Jesús en sus manos, así también tú debes confiar tu alma y ser como una niña frente a Él. Después de estas palabras mi alma fue llenada de una misteriosa confianza.  La Santísima Virgen vestía una túnica blanca, singularmente blanca, transparente, sobre la espalda tenía un manto transparente de color del cielo, es decir como el azul, la cabeza descubierta, el cabello suelto; espléndida e indeciblemente bella.  


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