Capítulo Primero:   Santa Faustina y La Santísima Virgen

 

1. Santa Faustina y la Santísima Virgen María

(Extractos tomados del Diario de Santa Faustina)

 

Introducción general 

La lectura del Diario pone en evidencia una profunda y estrecha relación entre Santa Faustina y la Santísima Virgen María.  Tan pronto la joven Elena Kowalska, por instrucciones de Jesús, abandonó su hogar para iniciar su vida religiosa dirigiéndose en tren a Cracovia,  Elena apelaría a la ayuda de su Madre Celestial, la cual le respondería guiando sus primeros pasos, acompañándola durante el resto de su vida como su Madre amorosísima, su compañera solidaria en el sufrimiento y su “instructora” en los asuntos de su hijo Jesús. Presentamos a continuación una serie de extractos del Diario los cuales documentan esta bella y ejemplar relación.  

 

1.      Relación de Santa Faustina con la Santísima Virgen María:

260  (...) Estuve orando sin interrupción hasta las once y me parecía que acababa de llegar.  (Nota: para entonces ya tenía 6 horas de oración).  (...) La Virgen me dijo muchas cosas.  Le ofrecí mis votos perpetuos, sentía que yo era su niña y Ella mi Madre.  No me rehusó nada de lo que yo le había pedido.

620 María es mi instructora que me enseña siempre cómo vivir para Dios.  Mi espíritu resplandece en Tu dulzura y humildad, Oh María.

798  (...)  ella está siempre conmigo.  Ella, como una buena Madre, mira todas mis vivencias y mis esfuerzos.

1414 Solemnidad a la Inmaculada Concepción.  Antes de la Santa Comunión he visto a la Santísima Madre de una belleza inconcebible.  Sonriendo me dijo:  Hija Mía, por mandato de Dios, he de ser tu madre de modo exclusivo y especial, pero deseo que también tú seas Mi hija de modo especial.

1097 Desde aquellos días vivo bajo el manto virginal de la Santísima Virgen, ella me cuida y me instruye; estoy tranquila junto a su Inmaculado Corazón, ya que soy débil e inexperta, por eso, como una niña me abrazo a su Corazón. 

843  (...) Hoy durante la Santa Misa estuve particularmente unida a Dios y a su Madre Inmaculada.  La humildad y el amor de la Virgen Inmaculada penetró mi alma.  Cuanto más imito a la Santísima Virgen, tanto más profundamente conozco a Dios. ...

 


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